3.12.2010

LA AMENAZA DEL CAMBIO CLIMÁTICO

La Tierra es un ser vivo: sólo la vida da vida.

El mejor indicador para evaluar un cambio de situación en cualquier fenómeno humano es la propia percepción. En tal sentido, el cambio climático es un hecho evidente al notar, entre otros, el aumento de temperatura en el planeta, la pérdida de fuentes de agua, el incremento y gravedad en desastres naturales, la reactivación sísmica y volcánica (señalada por algunos).


En ese desconocido lenguaje (semiótica) en el cual se expresa el malestar de nuestra madre Tierra, están los signos de una actividad humana alocada y febril por arrancar del suelo, del subsuelo, del espacio, del agua, del aire, del viento y del mar, ganancias para que unos pocos insensatos tengan, ostenten, exhiban, luzcan, presuman, 4 ranchos en Florida, 2 aviones en Hong Kong, 38 edificios en Europa, 707 apartamentos en América, 365 pares de zapatos, 182.5 vestidos, 500 kg. de camisas, 25 mujeres prostitutas y una cuenta secreta en Banca Suiza. Y quieren más. Y si hay que destruir otro río para explotar otro negocio, no importa.

Ese modelo económico (capitalismo salvaje) no tiene futuro. Con el cambio climático llegará una conciencia ciudadana que no podrá permitir que esta gratuidad suceda, a un costo tan alto para la vida, el ser humano y La Tierra. Conciencia ciudadana que llegará cuando empecemos a cumplir los mandamientos de la Carta de la Tierra: ahorrar agua, ahorrar energía, reciclar y reducir la basura, reciclar papel, limitar el uso de plásticos, usar envases biodegradables, usar químicos con cuidado, proteger la biodiversidad, usar el carro racionalmente, y pensar globalmente y actuar localmente. Es decir, cuando la amenaza del cambio climático nos haya inundado el corazón.

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